La piel es el órgano más grande del cuerpo humano y una de nuestras principales barreras de protección frente al entorno. Pero, al mismo tiempo, es también uno de los más vulnerables.
Aunque tomar el sol puede tener beneficios para la salud, una exposición prolongada y sin protección puede causar daños cutáneos de forma silenciosa. Las quemaduras solares son la señal más evidente, pero no la única. Detrás de un enrojecimiento temporal pueden esconderse efectos acumulativos a largo plazo: desde manchas solares y envejecimiento prematuro hasta un mayor riesgo de desarrollar cáncer de piel.
Por eso, proteger la piel frente a la radiación ultravioleta (UV) no es solo una cuestión estética, sino de salud. A continuación, te compartimos algunos puntos clave para cuidar la salud de tu piel.
- ¿Sabías que tu piel no “olvida” una quemadura solar?
Cada vez que nos quemamos, las células de la piel sufren daños solares que no desaparecen, sino que se acumulan con el tiempo. Las quemaduras solares repetidas aumentan significativamente el riesgo de desarrollar cáncer de piel. Además, favorecen la aparición de manchas solares, pérdida de elasticidad y envejecimiento prematuro de la piel.
- ¿Sabías que… las nubes no bloquean los rayos UV?
Aunque el día esté nublado o cubierto, los rayos ultravioleta siguen atravesando las nubes. De hecho, hasta el 80 % de la radiación ultravioleta puede alcanzarnos incluso sin sol directo. Por eso, es importante aplicar protector solar de amplio espectro todos los días, haga el tiempo que haga.
- ¿Sabías que los ojos también pueden sufrir quemaduras solares?
Solemos asociar el daño solar solo a la piel, pero la exposición prolongada al sol también puede dañar los ojos. La radiación UV puede afectar a la córnea y causar irritación, sensibilidad a la luz o incluso lesiones más graves. Usar gafas de sol con protección UV es fundamental.
- ¿Sabías que las quemaduras solares aceleran el envejecimiento de la piel?
La exposición continuada al sol sin protección debilita el colágeno y la elastina, lo que provoca arrugas, pérdida de firmeza y manchas solares. Una piel cuidada se mantiene más joven durante más tiempo gracias a una adecuada fotoprotección.
- ¿Sabías que el número del protector solar no indica su potencia, sino el tiempo de protección?
El número del SPF (Factor de Protección Solar) no significa que un SPF 50 sea más eficaz que un SPF 30, sino que indica cuánto tiempo puedes estar al sol sin quemarte en comparación con no usar protección. Por ejemplo, si tu piel se enrojece tras 10 minutos sin protección, un SPF 30 te protegería teóricamente durante 300 minutos (10 x 30). Eso sí, siempre que se aplique la cantidad adecuada y se reaplique el protector solar cada 2 horas, especialmente después de nadar o sudar.
- ¿Sabías que la protección solar debe ser parte de tu rutina diaria?
Cuidar tu piel no debe ser algo puntual. La protección debe integrarse en tus hábitos diarios, incluso en invierno. Aunque no sintamos calor, la radiación sigue presente. Aplicar fotoprotección diaria, hidratar la piel y mantener una buena rutina de cuidado facial ayuda a prevenir daños solares futuros.
¿Qué hacer si ya tienes una quemadura solar?
- Rehidrátate, tanto por dentro como por fuera. Bebe agua en abundancia y mantén la piel hidratada.
- Aplica cremas calmantes con ingredientes como aloe vera, pantenol o caléndula para aliviar el dolor y favorecer la regeneración de la piel.
- Evita la exposición solar en los días posteriores.
- Refresca la piel con duchas o baños templados (evita el agua muy fría o muy caliente).
La prevención solar es la mejor forma de evitar las quemaduras solares. Adoptar hábitos saludables y protegerse adecuadamente es clave, sobre todo en los meses en los que pasamos más tiempo al aire libre.
En CreuBlanca, creemos en la importancia de la concienciación para cuidar la piel desde una perspectiva preventiva. Los profesionales que atienden en nuestra unidad de en dermatología están a tu disposición para asesorarte y ayudarte a mantener una piel sana durante todo el año.