- El melanoma es un tipo de cáncer de piel que se desarrolla a partir de células llamadas melanocitos, que producen el pigmento que da color a la piel.
Según datos de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), se estima que en España se diagnostican alrededor de 6.000 nuevos casos de melanoma cada año. De hecho, esta patología puede aparecer como un lunar nuevo o en un lunar existente que cambia de forma, tamaño o color con el tiempo, manifestándose también como una mancha oscura y anormal en la piel.
La prevención y el diagnóstico precoz juegan un papel vital en la lucha contra el melanoma, ya que aumentan significativamente las posibilidades de tratamiento exitoso y curación definitiva. Por ello, en este artículo, la Dra. Iñiguez, especialista de la Unidad de Dermatología de CreuBlanca, te comparte una serie de consejos para prevenir y reducir el riesgo de desarrollar melanoma.
- Evita exponerte al sol en las horas centrales del día. La exposición excesiva al sol es uno de los factores de riesgo más importantes para el melanoma. Limita tu tiempo al sol, especialmente durante las horas pico de radiación ultravioleta (UV) entre las 10 a.m. y las 4 p.m. Cuando estés al aire libre, usa ropa protectora, como sombreros de ala ancha, gafas de sol y prendas de manga larga.
- Usa un protector solar adecuado a tu tipo de piel. Aplica protector solar de amplio espectro con un factor de protección solar (FPS) de al menos 30. Asegúrate de cubrir todas las áreas expuestas de tu piel, y no olvides las orejas, el cuello y los pies.
- Aplica el protector solar cada dos horas y después de cada baño. La crema solar es una herramienta crucial para proteger tu piel de los daños del sol, incluido el riesgo de melanoma. Es importante reaplicar la crema cada dos horas, especialmente si estás nadando, sudando o secándote con una toalla, ya que el agua y el sudor pueden disminuir la efectividad del protector solar.
- Presta atención a la aparición de nuevos lunares. Conocer bien tu piel te permite detectar cambios sospechosos a tiempo. Realiza autoexámenes de la piel cada mes para buscar nuevas manchas, lunares o cambios en los existentes. Si notas algo inusual, consulta a un dermatólogo.
- Observa si un lunar ya existente ha sufrido alteraciones. Especialmente, si tienes muchos lunares, es útil tomar fotografías periódicamente para tener una referencia visual y poder detectar cambios más fácilmente. Si notas que algún lunar presenta asimetría, bordes irregulares, varios colores o que ha aumentado de tamaño, consulta con un especialista.
- Evitas las camas de bronceado. Las camas de bronceado emiten una cantidad significativa de radiación ultravioleta, que puede ser hasta varias veces más intensa que la radiación solar natural. Esta exposición excesiva a los rayos UV aumenta el riesgo de daño en las células de la piel y puede llevar al desarrollo de melanoma.
- Ten en cuenta tu entorno y lugar de trabajo. Algunas sustancias químicas y ciertos trabajos pueden aumentar el riesgo de melanoma. Si trabajas al aire libre o estás expuesto regularmente a productos químicos, toma precauciones adicionales y habla con un dermatólogo sobre las medidas preventivas adecuadas.
- Realiza revisiones dermatológicas de forma periódica. Un examen de piel realizado por un profesional puede detectar signos tempranos de melanoma que podrías pasar por alto. Si tienes antecedentes familiares de melanoma o tienes muchos lunares, considera visitar al dermatólogo al menos una vez al año.
En la lucha contra el melanoma, la prevención y el diagnóstico precoz son nuestros aliados más poderosos. Las revisiones dermatológicas periódicas son fundamentales para detectar cambios en la piel de forma temprana y prevenir raves complicaciones en el futuro. La Unidad de Dermatología de CreuBlanca cuenta con la tecnología más avanzada y un equipo multidisciplinar de dermatólogos altamente especializados en la realización de revisiones dermatológicas destinadas a prevenir y diagnosticar de forma precoz el melanoma, entre otros tipos de cáncer de piel. Evaluarán minuciosamente cada uno de tus lunares, analizando su forma, tamaño, color y bordes para identificar cualquier cambio o característica sospechosa, ofreciéndote información detallada y recomendaciones personalizadas para el cuidado de tu piel.