La artrosis es una enfermedad crónica y degenerativa que afecta a las articulaciones. Se produce a causa del desgaste del cartílago articular, una especie de almohadilla que recubre los extremos óseos. Cuando la patología avanza, el hueso queda sin el efecto protector del cartílago, el roce entre ambos huesos provoca dolor y la articulación se deforma.
Cuando esta superficie de cartílago se desgasta, como resultado de la fricción entre los huesos con el movimiento, aparecen síntomas de dolor y rigidez. Aunque afecta en mayor medida a las articulaciones de carga, como son la cadera y las rodillas, puede presentarse en cualquier articulación, viéndose afectadas manos, pies, muñecas, hombros, codos, columna vertebral, cervicales y lumbar.
La artrosis es una patología muy extendida, tanto que afecta a 7 millones de personas en España y se calcula que, a partir de los 80 años, el 90% de la población podríamos padecerla. Aun así, sigue siendo una gran desconocida, por ello, te descubrimos 5 falsos mitos acerca de su desarrollo, diagnóstico, tratamiento y prevención.
Mito 1: La artrosis y la artritis son la misma enfermedad.
La artrosis es el desgaste de una articulación, mientras que la artritis es la inflamación de la misma.
La artrosis afecta al cartílago articular y su principal síntoma es la rigidez y, aunque puede provocar inflamación, no es lo más frecuente. Este amortigua el roce entre los huesos y facilita el movimiento. A medida que este va desgastándose, los huesos también se erosionan a causa el choque entre ambos. Este proceso conduce a la pérdida progresiva de movilidad y aumento de la rigidez en dicha articulación.
Por su parte, la artritis afecta a la membrana sinovial, un tejido que rodea la articulación y está lleno de líquido sinovial, el cual suministra nutrientes y oxígeno al cartílago. Cuando esta membrana se inflama, provoca dolor y la zona suele estar hinchada, lo que dificulta la movilidad de la articulación.
Mito 2: Los síntomas de la artrosis y la artritis son los mismos.
Pueden ser parecidos, pero el dolor se expresa de forma diferente. En la artrosis, el dolor es intermitente y aumenta con el movimiento. En la artritis, el dolor es constante y las articulaciones están calientes, rojas e hinchadas.
Mito 3: La artrosis es una enfermedad hereditaria.
No es una enfermedad hereditaria, pero sí cuenta con componentes genéticos que predisponen a su rápido desarrollo, tales como la forma o la estabilidad de las articulaciones.
Mito 4: La artrosis es una enfermedad que afecta a personas mayores.
La posibilidad de padecer artrosis aumenta con la edad, sobre todo a partir de los 40 años. Sin embargo, existen otros factores de riesgo que predisponen a desarrollarla, incluso en personas jóvenes. Entre ellos destacan: el sobrepreso, la genética y los deportes de impacto.
Mito 5: Si padezco artrosis, tengo que dejar de hacer deporte.
Tanto el reposo absoluto como la sobrecarga empeoran la artrosis, ya que fomentan la pérdida de fuerza y movilidad. Consulta con un médico para establecer una rutina que combine reposo relativo y ejercicios.
Caminar, nadar o ir en bicicleta son los deportes más aconsejables, puesto que no ejercen una presión directa sobre las articulaciones.
Desde la Unidad de Reumatología de CreuBlanca, abordamos la artrosis, entre otras patologías reumáticas, desde un punto de vista integral. A pesar de que no existe ninguna terapia que permita la curación definitiva de esta patología, existen tratamientos mínimamente invasivos e indoloros que mejoran el dolor y retrasan o ralentizan la degeneración de los cartílagos. Tu calidad de vida y el pronóstico de tu patología mejorará si empiezas a tratarla de forma temprana.