Cada vez son más las compañías aseguradoras que cubren la biopsia por fusión.
El cáncer de próstata afecta a 1 de cada 3 varones siendo el primer tipo de cáncer más frecuente en hombres y cuyo diagnóstico precoz es fundamental para la superación exitosa de la enfermedad. Como en todos los tipos de cáncer su recorrido diagnóstico empieza por un análisis de sangre, unas pruebas de imagen y finalmente una biopsia para confirmar el resultado.
Si bien todas las mutuas hasta ahora cubrían la totalidad de las fases del diagnóstico, no ha sido hasta ahora que gracias a un reciente acuerdo con Creu Blanca han incorporado en sus pólizas la biopsia de próstata robótica por fusión, una versión mucho más avanzada y precisa que tiene numerosas ventajas para el paciente y que explicaremos a lo largo de este artículo.
En primer lugar, para ponernos en contexto, vamos a explicar cómo se detecta un tumor en la próstata y las limitaciones que hasta ahora han tenido los métodos convencionales:
DIAGNÓSTICO DEL CÁNCER DE PRÓSTATA
Un tumor en la próstata no siempre es fácil de ver por una sencilla razón: la próstata es un órgano de difícil acceso (se encuentra entre la vejiga y el recto masculinos) cuyo tumor en sus fases iniciales no presenta síntomas. La única pista que nos puede indicar de un problema en la próstata es una elevación del PSA (antígeno prostático específico), una sustancia que se genera en la próstata y que se detecta por análisis de sangre.
Aún así este elemento no es suficiente para la confirmación del diagnóstico de la enfermedad, siendo necesarias la realización de una biopsia, una intervención en la que se extrae tejido de la próstata para buscar presencia de células cancerígenas.
Los métodos hasta ahora utilizados para la realización de la biopsia, aun siendo muy precisos en la localización del tumor gracias a la resonancia magnética, tenían un principal problema: muchas veces no lograban alcanzar aquellos tumores más escondidos, aportando resultados contradictorios entre el resultado de la biopsia, los análisis de sangre, y las imágenes de resonancia magnética. La consecuencia para el paciente era que se marchaba pensando que estaba libre de cáncer, retrasando el tratamiento y empeorando inevitablemente el pronóstico de la enfermedad.
La reciente incorporación de la robótica de última generación para la detección del cáncer de próstata ha supuesto un gran avance en el diagnóstico de este cáncer, permitiendo extraer tejido para el análisis de la presencia de células cancerígenas.
El avance también ha ido en dirección a mejorar la calidad de vida del paciente, ya que se biopsia directamente la lesión que se detecta por resonancia magnética.
El nuevo nacimiento tecnológico se ha bautizado como biopsia prostática robótica y así es como funciona:
¿QUÉ SIGNIFICA LA PALABRA ROBÓTICA?
Es una prueba para detectar el cáncer de próstata que se realiza con el robot Artemis, un ecógrafo con software especializado en patologías prostáticas que fusiona en tiempo real las imágenes de ecografía con las de resonancia magnética, y se ayuda de un brazo robótico dotado de aguja que permite llegar con precisión milimétrica al foco de la lesión.
En palabras más simples, se trata de un procedimiento que se realiza en un quirófano mediante una aguja que, robóticamente y guiada por el médico en base a una imagen reconstruida de la próstata, extrae 12 muestras de tejido para su posterior análisis en laboratorio.
Este avance supone una gran diferencia con su antecesor, la ** biopsia de próstata** a ciegas.
Creu Blanca es el único hospital privado en España que dispone de Artemis, un robot que se puede configurar tanto para biopsias realizadas por el recto como por la zona transperineal, pudiendo llegar a zonas muy anteriores a la próstata, lo que permite acceder con mayor facilidad a este órgano.
De este modo es posible realizar una biopsia “a la carta”, eligiendo la mejor técnica en función de la localización del tumor. Este procedimiento se efectúa en quirófano bajo la supervisión de un equipo interdisciplinario, altamente especializado, conformado por un urólogo, un uro-radiólogo y el equipo de anestesia.