- Los mayores de 60 años, especialmente varones, son el grupo de pacientes más afectados por esta patología del riñón, con una incidencia del 23%, según la Sociedad Española de Nefrología.
Con el transcurso de los años, los riñones pierden la capacidad de filtrar adecuadamente los desechos de la sangre y eliminar el exceso de agua a través de la orina, dando lugar a lo que se conoce como insuficiencia o enfermedad renal crónica.
El 25% de los afectados por esta patología son asintomáticos hasta llegar a fases avanzadas de la enfermedad, por lo que tienen que recurrir a un tratamiento renal sustitutivo (TRS) con diálisis o trasplante.
Los riñones no avisan cuando empiezan a deteriorarse, ya que los síntomas de un posible fallo renal aparecen cuando la enfermedad se encuentra en una fase avanzada.
Entrevistamos a la Dra. Meritxell Ibernon, nefróloga de Creu Blanca, que nos resuelve las principales cuestiones acerca de la prevención y el diagnóstico precoz de las enfermedades renales.
Un buen funcionamiento de los riñones es vital para gozar de un buen estado de salud general. Entre los hábitos que ayudan a mantener una salud renal óptima destaca el hecho de seguir una dieta saludable, ingerir entre 1,5 y 2 litros de agua a diario, practicar ejercicio físico de forma regular, mantener un peso adecuado y evitar el consumo de alcohol y tabaco.
Pero vayamos al grano, ¿en qué casos uno debería visitar al nefrólogo?
Por lo general, aconsejo venir a consulta cuando aparecen síntomas como dolor en la parte baja de la espalda, presión alta, molestias al orinar, anemia, retención de líquidos y presencia de espuma o sangre en la orina.
Si decidimos no revisarnos a pesar de sentir malestar, presentar síntomas inusuales o condiciones patológicas por antecedentes familiares, los trastornos renales pueden afectar de forma directa al funcionamiento de otros órganos vitales como el corazón y el conjunto del sistema cardiovascular.
¿Es recomendable acudir a revisarse aún sin presentar síntomas de enfermedad renal?
Por supuesto. Un buen ejemplo es la conocida enfermedad renal crónica, que es el resultado de la suma de una serie de alteraciones que afectan a los riñones de forma irreversible.
Esta patología suele ser asintomática hasta llegar a fases avanzadas, donde los tratamientos suelen ser menos eficaces. Para evitar la progresión de la patología, resulta imprescindible el diagnóstico precoz y el seguimiento periódico por parte de un especialista.
¿En qué casos resulta prácticamente obligatoria la visita a un nefrólogo?
Es imprescindible acudir a nuestra consulta cuando se cuentan con antecedentes familiares de problemas de riñón, o bien se presentan factores de riesgo que conducen al desarrollo de la enfermedad renal crónica, como la hipertensión arterial, la diabetes mellitus y las alteraciones en los análisis de orina y/o sangre.
Una vez realizada la primera visita y las pruebas médicas pertinentes, se determina la frecuencia de visitas posteriores en función de la historia clínica y el estado de salud de cada persona.
¿Cómo ha evolucionado con los años esta especialidad?
La nefrología ha evolucionado muy positivamente en los últimos años, apostando por una innovación tecnológica en el campo de la diálisis y desarrollando nuevos fármacos en enfermedades como la diabetes mellitus o nefropatía diabética, entre otros.
La diabetes mellitus se produce cuando el páncreas es incapaz de generar insulina, la hormona encargada de regular el nivel de azúcar en sangre. Unos niveles altos de glucosa en la sangre pueden dañar los vasos sanguíneos de los riñones, disminuyendo así su capacidad de eliminar toxinas, desechos y exceso de líquido del cuerpo.
¿Cuáles son las visitas más frecuentes en tu consulta?
La mayoría de pacientes suelen acudir a nuestra consulta por recomendación de su médico de familia u otros especialistas. Las visitas más frecuentes se centran en el control de la hipertensión arterial, el control de la enfermedad renal crónica en sus diferentes estadios y la nefropatía diabética.
Asimismo, cada vez son más los pacientes que conocen esta especialidad y deciden conocer el estado de salud de sus riñones por voluntad propia.
La hipertensión arterial junto con la nefropatía diabética son las dos causas más frecuentes que dan lugar a un trastorno de insuficiencia renal, junto a otras patologías cardiovasculares, como la angina, el infarto de miocardio o la muerte cardíaca súbita.
¿Qué te motivó a especializarte en nefrología y por qué escogiste el hospital Clínica Creu Blanca para pasar consulta?
Fueron varios los motivos que me condujeron a escoger la especialidad de nefrología, aunque el más destacable fue la presencia de antecedentes familiares de enfermedades renales en mi entorno. Esta situación me despertó el interés por el funcionamiento de un órgano tan complejo y fundamental como el riñón.
A lo largo de mi carrera profesional he trabajado como nefróloga en diferentes centros sanitarios, como por ejemplo el Hospital Universitario de Bellvitge, el Hospital de la Vall d’Hebron, el Hospital Germans Trias i Pujol y el Hospital Moisés Broggi, entre otros. En este último he tenido la oportunidad de coordinar el Servicio de Nefrología.
Actualmente, paso consulta en el Hospital Creu Blanca. Escogí esta clínica porque es sinónimo de visitas sin listas de espera y además ofrece la posibilidad de disponer de pruebas diagnósticas y exploraciones complementarias a las pocas horas de la visita médica.
Referencias
- Sociedad Española de Nefrología https://www.nefrologiaaldia.org/es-articulo-enfoque-clinico-enfermedades-renales-hereditarias-254