¿Qué es el TDAH?
El TDAH, o Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad, es uno de los trastornos del comportamiento más comunes en la infancia persistiendo en la edad adulta.
Las personas con TDAH pueden tener dificultades para prestar atención, mantener la concentración, controlar impulsos o permanecer quietas. Aunque todos los niños puedan mostrar estos comportamientos en momentos puntuales, en el caso del TDAH estas conductas son persistentes, interfieren en su día a día y afectan su desarrollo académico, emocional y social.
El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad se presenta en tres formas principales:
- Inatento: dificultad para concentrarse, seguir instrucciones o recordar detalles; pasa más desapercibido.
- Hiperactivo-impulsivo: inquietud motora, necesidad constante de moverse, impulsividad.
- Combinado: presenta síntomas del TDAH de ambos tipos.
El diagnóstico del TDAH es clínico y se basa en la observación de comportamientos en diferentes contextos, con profesionales, padres y docentes. También se utilizan cuestionarios estandarizados y entrevistas clínicas para reforzar la evaluación.
El tratamiento suele ser multidisciplinar e individualizado, combinando medicación para el TDAH (si se requiere), terapia psicológica, orientación familiar y apoyo escolar personalizado. Abordarlo de forma integral permite mejorar la calidad de vida de las personas con TDAH y su entorno.
10 mitos comunes sobre el TDAH
A pesar de la creciente evidencia científica alrededor del TDAH, aún circulan muchos mitos que pueden dificultar la detección precoz, el tratamiento adecuado o el apoyo social necesario. A continuación, desmontamos los mitos más frecuentes sobre el TDAH en niños y adultos:
1. Las personas con TDAH no pueden concentrarse en nada.
En realidad, las personas con TDAH pueden concentrarse intensamente en tareas que les resultan estimulantes o interesantes, lo que se conoce como «hiperfoco». El verdadero problema radica en regular la atención, no en la capacidad de atención en sí misma.
2. El TDAH solo lo tienen los niños.
Aunque se diagnostica más en la infancia, el TDAH puede persiste en la edad adulta, aunque con síntomas diferentes y, a menudo, más difíciles de identificar.
3. El TDAH solo implica hiperactividad.
Un mito es que el TDAH se manifiesta únicamente en personas inquietas o que no paran quietas. Sin embargo, muchas personas con TDAH presentan un perfil predominantemente inatento, con dificultades para concentrarse y sin mostrar signos de hiperactividad. Este perfil más silencioso, puede pasar desapercibido durante años.
4. Los medicamentos para el TDAH son peligrosos y crean adicción.
Los medicamentos utilizados están aprobados y son seguros bajo control médico. El tratamiento del TDAH con medicación no genera adicción cuando se usa de forma adecuada. De hecho, estos medicamentos pueden mejorar significativamente la calidad de vida y ayudar a gestionar los síntomas de forma efectiva.
5. El TDAH solo afecta al ámbito escolar o laboral.
El TDAH impacta también en la vida emocional, social y familiar, y puede dificultar la gestión del tiempo, el sueño, las relaciones o la autoestima.
6. Si mi hijo saca buenas notas, no puede tener TDAH.
Algunas personas con TDAH pueden obtener buenos resultados académicos, especialmente si tienen un alto cociente intelectual o estrategias de compensación, pero eso no significa que no sufran dificultades.
7. Solo se necesita medicación para tratar el TDAH.
El tratamiento más eficaz combina distintas estrategias: medicación (cuando está indicada), terapia cognitivo-conductual, psicoeducación, acompañamiento familiar y apoyo escolar especializado.
8. Tener TDAH significa ser desorganizado y caótico todo el tiempo.
Algunas personas con TDAH desarrollan rutinas estructuradas para organizarse mejor. El TDAH no se manifiesta igual en todos los casos.
9. Si no te lo diagnosticaron de pequeño, no puedes tener TDAH.
Muchos adultos con TDAH reciben el diagnóstico más adelante, especialmente si de niños pasaron desapercibidos o se les atribuyeron otros problemas.
10. El TDAH es causado por una mala educación o por falta de límites.
El TDAH tiene un origen neurobiológico y genético. La crianza no lo provoca, aunque sí puede influir en cómo se expresan y gestionan los síntomas.
La importancia de detectar y tratar el TDAH a tiempo
Si notas en tu hijo o en ti mismo dificultades persistentes para atender, controlar impulsos o mantener la calma, especialmente si interfieren en la vida diaria, consulta con un profesional. Un diagnóstico precoz y un tratamiento adecuado mejoran notablemente la calidad de vida.
En CreuBlanca contamos con un equipo multidisciplinar especializado en salud infantil, adolescente y adulta que puede ayudarte a resolver cualquier duda, realizar una evaluación y diseñar un tratamiento personalizado si es necesario. Porque entender el TDAH es el primer paso para acompañar mejor a quien lo vive.