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6 mitos sobre la obesidad y la pérdida de peso

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24 Feb 2022
5 Min
Consejos de salud

La obesidad es un problema de salud que ha aumentado de forma exponencial en los últimos años. En España, el ritmo de crecimiento es ya tan acelerado como en Estados Unidos, posicionándolo en el segundo puesto por número de casos en Europa. A día de hoy, el 35% de la población presenta problemas de sobrepeso y el 25% son obesos, causa por la que mueren más de 100.000 personas al año.

Los numerosos mitos acerca de la obesidad impiden diagnosticarla y tratarla como lo que realmente es, una enfermedad crónica y no únicamente un problema estético. El 80% de los pacientes que la padecen optan por prescindir de ayuda médica especializada e intentan solucionar el problema por cuenta propia.

Bajo esta premisa, el Dr. Gastone Zucchiatti, médico de la Unidad de Obesidad y Control de Peso de CreuBlanca, te ayuda a desmentir las falsas creencias que rodean a esta patología y a entender qué factores influyen en su desarrollo y prevención.

6 mitos sobre la obesidad y la pérdida de peso

Mito 1. La obesidad es un problema de dejadez y descontrol, no una enfermedad.

En muchas ocasiones, se tiende a pensar que las personas con obesidad sufren esta enfermedad porque son incapaces de controlar lo que comen y de hacer deporte. Bien es cierto que el desequilibrio entre la ingesta y el gasto calórico es una de las principales causas de esta patología, sin embargo, hay otros factores que influyen de forma significativa en su desarrollo.

“La genética, la composición corporal, el metabolismo, la gestión del estrés, la desinformación acerca de unos hábitos saludables y los trastornos intrínsecos del sueño son factores que predisponen a ganar peso y a ser incapaces de mantenerlo”, explica Zucchiatti. “La obesidad es una enfermedad multifactorial en la que intervienen múltiples agentes biológicos que no dependen únicamente de la alimentación y el ejercicio físico”, aclara.

Mito 2. El peso es el único indicador a tener en cuenta para saber si padeces obesidad.

El peso es un dato relevante en el diagnóstico de esta patología crónica, pero no es el único. El Índice de Masa Corporal (IMC) es el indicador más conocido para diagnosticar la obesidad y mide la relación peso-altura. Sin embargo, podemos encontrarnos con personas que pesan mucho y que esto se deba principalmente a que presentan una elevada cantidad de masa muscular. Por el contrario, puede darse la situación de que una persona pese poco, pero que en relación a su altura este peso sea elevado.

Existen otras pruebas como el Test de Bioimpedancia que permiten medir el porcentaje de grasa que se encuentra entre la piel y los órganos, así como el porcentaje de músculo y agua corporal. Los análisis de sangre también ayudan a evaluar otros parámetros que están causando este aumento de peso, como por ejemplo la presencia de colesterol o diabetes.

Mito 3. El tratamiento más efectivo para la obesidad es comer menos veces al día y reducir las cantidades de tus platos.

“Muchas personas, por desesperación o por falta de información, recurren a planes nutricionales y a fármacos que pueden poner en riesgo su salud. La mayoría de estos métodos aparentemente milagrosos producen alteraciones nutricionales y cambios en la composición corporal que sólo conducen a la pérdida de masa muscular y al conocido efecto yo-yo”, explica Zucchiatti.

Mito 4. Una vez has alcanzado tu peso ideal, tu cuerpo se encuentra en un estado completamente saludable.

La obesidad, en la mayoría de los casos, implica padecer otros factores de riesgo, ya que el exceso de grasa oprime los principales órganos y deforma huesos y articulaciones. Cuando hayas conseguido adelgazar, es conveniente que acudas a un especialista para comprobar tu estado de salud general y descartar la presencia de otras patologías que pudiste desarrollar mientras sufrías obesidad, y que aún pueden estar presentes en tu organismo.

“La obesidad es el origen de múltiples problemas de salud, tales como la hipertensión arterial, la diabetes, la patología renal crónica, la enfermedad coronaria, la artritis e incluso el cáncer”, señala Zucchiatti.

“Por lo tanto, si destinamos recursos a diagnosticar y tratar la obesidad también estamos contribuyendo a frenar el avance de otras patologías asociadas”, añade.

Mito 5. La obesidad puede solucionarse y tratarse acudiendo a un nutricionista.

Al tratarse de una enfermedad, esta debe ser evaluada por un médico. “El nutricionista es un profesional que puede contribuir al tratamiento de la obesidad, ya que la dieta y el deporte son dos elementos claves para el tratamiento de la misma, pero el médico es quién dispone del conjunto de herramientas para abordar esta enfermedad en su completa dimensión”, explica Zucchiatti. “Además, la mayoría de médicos especialistas en obesidad también cuentan con estudios en nutrición y endocrinología”, añade.

Mito 6. Tener familiares con obesidad también te determina a padecerla.

Si presentas antecedentes familiares de obesidad no quiere decir que vayas a desarrollarla, sin embargo, es cierto que las posibilidades son mayores. La genética influye, pero también lo hacen los hábitos nutricionales y el estilo de vida. Si bien los genes son difíciles de modificar, sí es posible modular su expresión, potenciando, con un diagnóstico preciso y un tratamiento adecuado, tus fortalezas genéticas y compensando tus carencias individuales. Todo ello, te permitirá prevenir la obesidad y, en el caso de ya padecerla, controlar y desacelerar su avance.

Desde nuestra Unidad de Obesidad y Control de Peso te ayudamos a tratar esta patología desde un punto de vista integral. Un equipo médico especializado en medicina general, endocrinología, nutrición y psicología clínica estudiará el funcionamiento de tu organismo para ofrecerte un diagnóstico preciso y unas pautas personalizadas con el fin de tratar la obesidad y las patologías asociadas a la misma.