- El Dr. Alexandre Gironell es neurólogo especialista en Hipnosis Clínica para el tratamiento de trastornos neurológicos funcionales, trastornos conversivos o histeria.
- Esta enfermedad representa alrededor del 1 al 5% de las consultas neurológicas y el 75% de las personas que la sufren son mujeres.
Después de 10 años y más de 90 pacientes tratados, el Dr. Alexandre Gironell ha conseguido ayudar a desarrollar con éxito, junto a su equipo médico, una terapia basada en la Hipnosis Clínica para tratar trastornos neurológicos funcionales, también conocidos como trastornos conversivos o histeria.
Los trastornos neurológicos funcionales o trastornos psicógenos, también denominados trastornos de conversión o histeria, son una entidad clásica a caballo entre la neurología y la psiquiatría.
Estos términos se han aplicado históricamente a alteraciones neurológicas que se manifiestan con síntomas físicos pero que no pueden ser atribuidos a una causa orgánica y en los que se supone la implicación de factores psicológicos.
Esta afección constituye un grave problema de salud y se encuentra entre las causas más frecuentes de discapacidad neurológica. Su incidencia es de 4 a 12 pacientes por cada 100.000 personas por año, con una prevalencia de 50 por 100.000 personas, según un estudio llevado a cabo por un grupo de especialistas del Hospital de Sant Pau en colaboración con Creu Blanca.
Creu Blanca es el único centro de Cataluña que ofrece la Hipnosis Clínica para el tratamiento de trastornos neurológicos funcionales (TNF).
La Hipnosis Clínica ha demostrado ser una técnica que permite hacer un reset de la mente humana, proporcionando herramientas para superar estresores emocionales que pueden derivar en enfermedades crónicas.
¿Qué te motivó a especializarte en Hipnosis Clínica?
Durante mi etapa como Neurólogo residente en el Hospital de Sant Pau quedé fascinado por los pacientes que sufrían trastornos neurológicos funcionales. La lucha entre la mente del médico y la del paciente para vencer el trastorno me parecía apasionante. Asimismo, me resultaba interesante el hecho de que uno de los padres de la neurología moderna, Jean Martin Charcot, a principios del siglo XX utilizase la hipnosis para curar estos pacientes.
¿Cuándo tuviste la oportunidad de poner en práctica una terapia de hipnosis?
En el año 2010, el Dr. Badosa y el resto del equipo me propusieron hacer un trabajo utilizando hipnosis para tratar cuadros funcionales y, sin duda, acepté el reto.
¿En qué consiste una sesión de hipnosis?
Durante una sesión de hipnosis la persona está cómodamente sentada en una silla o en una camilla. Mientras que el terapeuta, gracias a su experiencia y sus capacidades, induce, a través de sugestiones, el trance hipnótico. Cuando el paciente sale del trance hipnótico puede volver a la vida de cada día.
La palabra hipnosis deriva da la palabra Yπνος, Hýpnos que en griego antiguo significa sueño.
¿Qué se siente al entrar en trance?
La persona en hipnosis no está dormida, no es inconsciente ni es pasiva, al revés muy activamente colaboradora y con una atención muy focalizada.
La hipnosis es un estado de consciencia donde la atención de la persona es dirigida hacia su interior. Gracias a esta focalización tan importante de la atención se pueden utilizar herramientas o recursos propios de uno mismo y que normalmente no sabemos de tener o nos olvidamos de haber tenido.
¿Cómo actúa la mente en pleno estado hipnótico?
La mente es más ágil, más atenta, más capaz de superar obstáculos que en otros momentos parecen insuperables.
¿Podríamos decir que la mente hace un reset?
La Hipnosis Clínica ha demostrado ser una técnica que permite hacer un reset de la mente humana, proporcionando herramientas para superar estresores emocionales que pueden derivar en enfermedades crónicas.
¿Qué es lo que permite al paciente desbloquear la mente?
El terapeuta utiliza las capacidades de la mente para construir una inducción hipnótica, que, con el uso de técnicas, metáforas e ideas indirectas, hechas a medida de cada paciente, lleva a la persona a la solución de sus problemas y al desbloqueo de las emociones que se habían quedado en el inconsciente.
Una sesión de hipnosis suele durar alrededor de 60 minutos, la cura a través de la hipnosis no es inmediata, implica un trabajo que puede durar unas cuantas sesiones.
¿Puede ocurrir que la persona no consiga entrar en trance?
El paciente siempre conserva el poder último de decisión. Entrará en trance hipnótico siempre que él quiera. Además, el paciente puede salir de la situación de hipnosis en cualquier momento. No se han descrito efectos adversos o secundarios de esta terapia.
¿Qué tipo de patologías pueden ser tratadas a través de la hipnosis?
Nuestro equipo en la Clínica Creu Blanca, utiliza la hipnosis clínica para tratamiento de trastornos neurológicos funcionales, trastornos conversivos o histèria. Aunque esta técnica también es útil y se utiliza para superar adicciones como el tabaco o tóxicos, para el dolor crónico, inducción anestésica, trastornos de angustia, miedos, fobias y también para el colon irritable.
¿Qué porcentaje de personas consiguen sanar su dolencia?
Nuestro equipo ha realizado un análisis de los resultados de la hipnosis en los trastornos neurológicos funcionales en 50 pacientes consecutivos. En la valoración después de 1 mes del tratamiento, el 60 % de los pacientes presentaron una mejora de los síntomas (25 % recuperación completa). Esta mejora persiste y se amplifica a los 12 meses, el 68 % de pacientes mejoran (40 % recuperación completa). No se observaron efectos adversos.
¿Algún caso en el que has visto una considerable mejora del paciente gracias a la hipnoterapia?
Recuerdo una paciente de unos 50 años con un trastorno neurológico funcional consistente en la imposibilidad de mover las piernas desde hacía unos dos años. La paciente necesitaba la silla de ruedas de manera permanente. Después de salir del trance de la primera sesión de hipnosis, la paciente se levantó y empezó a andar. Después de un año sigue sin síntomas y lleva una vida normal.
Se curó en una sola sesión…
Los pacientes que experimentan una curación total son siempre espectaculares. Esta curación se puede producir inmediatamente o al cabo de unos días después de la primera sesión de hipnosis (un tercio de los casos) o puede necesitar dos o tres sesiones.
¿Hacia dónde crees que evolucionará esta disciplina médica?
La aplicación de la hipnosis en medicina ha progresado en diversos campos: oncología (analgesia, alivio de los efectos secundarios de la quimioterapia); obstetricia (ayuda en el parto: parto sin dolor); clínica del dolor en general, entre otros.
Muchos usos terapéuticos… Pero ¿profesionales que la practiquen?
El Royal College de Inglaterra aprobó la práctica de la hipnosis a mediados de los años cincuenta, poco más tarde le siguieron en EEUU y diversos países europeos, excluyendo España. En los últimos años se ha producido un incremento de especialistas que incluyen la hipnosis en su repertorio, siendo notorio en Alemania (especialmente en el campo de la fisioterapia y la rehabilitación de afecciones neurológicas), Francia (en los campos de la cirugía, anestesia y obstetricia), Inglaterra, etc. Este aumento de interés para esta terapia permite, cada vez más, incorporar la hipnosis al repertorio terapéutico de que disponen médicos y psicólogos.
Aun así, ¿por qué hay quienes desconfían?
Persiste un recelo y desconfianza hacia la práctica de la hipnosis. La utilización de la hipnosis en espectáculos ha banalizado y frivolizado su potencial como una herramienta potente que permite intervenir sin riesgo de efectos adversos en diversas afecciones.
La imagen de esta terapia entre los profesionales médicos está estigmatizada. El conocimiento de las posibilidades de la hipnosis clínica es incompleto, de manera que los pacientes con estas entidades (trastornos neurológicos funcionales) pueden entrar en un bucle en el que se cronifican los síntomas y son marginados. Afortunadamente, los colegios de psicólogos reconocen la hipnosis y, en la actualidad podemos realizar en nuestro país esta intervención de una manera eficaz y segura.
¡Muchas gracias Dr. Gironell!