Empezar el cole con buen pie depende de la elección del calzado que nuestros hijos utilizarán durante todo el año. Después de todo el verano con chanclas y sandalias, los pies de nuestros pequeños dejan de ser libres para estar oprimidos dentro de un zapato cerrado pudiendo influir en su correcto crecimiento. Por eso, cuando nos preparamos para la vuelta al cole es importante escoger bien los zapatos de nuestros hijos siguiendo como pauta las recomendaciones de nuestros expertos.
¿Es un problema ponerle bambas cada día?
Por norma general los niños prefieren usar zapatillas deportivas cada día. Según los especialistas de la Unidad de pie y tobillo de CreuBlanca, esto no es un problema si se siguen una serie de recomendaciones como por ejemplo que el calzado se ventile adecuadamente y se tengan distintos pares para ir alternándolos. Una estrategia útil es tener unas zapatillas deportivas destinadas exclusivamente a la práctica del deporte y otras para el día a día, ya que generalmente las primeras necesitan más tiempo para una correcta ventilación.
“Para que los pies se desarrollen con normalidad durante toda la infancia – explica el Dr. Manel Ballester, jefe de la Unidad de pie y tobillo de CreuBlanca– existen una serie de recomendaciones en cuanto al uso de calzado y también ciertas ideas a dismitificar”. Y es que el calzado que utilizan nuestros hijos es importante porque a medida que el niño va creciendo, su pie va cambiado. Al principio tienen una planta muy ancha con una almohadilla grasa a nivel del arco plantar que hace que tengan un pie plano durante sus primeros años. A medida que el pie se va desarrollando, la planta deja de ser tan ancha y a los 5 años la mayoría de los niños ya tienen el arco plantar bien definido.
Recomendaciones sobre calzado infantil
Para asegurarnos que los pies de nuestros peques crecen sanos hay que seguir estas otras recomendaciones:
- Usar zapatos ligeros, sobre todo cuando los niños son pequeños para qué puedan moverse con total libertad sin exceso de peso.
- Es mejor que el calzado se bajo dejando el tobillo libre para que se pueda mover sin restricción. Aunque, de forma paralela, el tobillo debe quedar bien sujeto para que la estabilidad sea correcta y se evite la tendencia natural de girar los pies hacia adentro al caminar.
- La punta del zapato debe tener forma rectangular y anchura suficiente para que los dedos tengan libertad de movimiento.
- Entre la punta del dedo pulgar y la del zapato debe quedar un espacio de 1,5 cm aprox. Se debe revisar el calzado de los niños a menudo ya que cuando son pequeños los pies crecen rápido en estas edades y en solo tres meses puede ser necesario cambiar de número.
- La suela debe ser flexible de manera que permita ejercitar la musculatura del pie.
- La suela también ha de ser antideslizante para evitar caídas.
- El material del zapato ha de ser transpirable para evitar infecciones por hongos propiciadas por el sudor.
- Vigilar que el zapato no provoque rozaduras.
- Mantener los pies de los niños secos, cambiando calzado y calcetines cuando realizan alguna actividad deportiva.
- Ventilar adecuadamente el calzado, especialmente el deportivo.
- Vigilar que los calcetines no opriman y sean de tejidos naturales.
Si los niños tuvieran que elegir se decantarían siempre por ir descalzos. De hecho no pasa nada si lo hacen siempre y cuando las condiciones del terreno en cuanto a temperatura y seguridad lo permitan. Caminar descalzo en ciertas superficies como la arena de la playa es muy recomendable para el desarrollo de la musculatura siempre vigilando que no haya objetos que les puedan cortar o clavar en el pie. Existe el mito de que caminar descalzo provoca resfriados, algo que nuestros expertos niegan. Sin embargo, uno de los mitos al que sí debemos hacer caso según los doctores es que es desaconsejable aprovechar el calzado de un niño para otro ya que cada pie se amolda al calzado de una forma distinta.