- El hambre emocional se activa ante situaciones de estrés o ansiedad que generan la necesidad de comer para aliviar o suprimir emociones negativas.
Comer es una necesidad fisiológica, comemos para estar vivos. Pero, ¿por qué muchas veces comemos sin tener hambre, aunque sintamos que nuestro cuerpo nos lo pida? En este artículo, Xavier González, nutricionista-dietista de CreuBlanca, te ayuda a conocer qué tipos de hambre existen y cómo distinguirlas.
Diferencias entre hambre física y emocional
En primer lugar, cabe aclarar que existen dos tipos de hambre: la física y la emocional.
¿Qué es el hambre física?
El hambre física es aquella que surge cuando necesitamos cubrir una necesidad fisiológica, es decir, nuestro cuerpo nos pide comida para cubrir la falta de energía o sensación de vacío estomacal.
¿Qué es el hambre emocional?
El hambre emocional es aquella que se origina ante la necesidad de llenar un vacío, generalmente cuando nos encontramos en situaciones de estrés y ansiedad. Asimismo, el hambre emocional se corresponde con la búsqueda de placer, ya sea para aliviar malestares psicológicos, o bien cuando sentimos excesiva felicidad o euforia por una buena noticia, fiesta, boda, Navidad, etc.
Síntomas del hambre física
El hambre física aparece de forma gradual. El cuerpo nos manda pequeñas señales advirtiéndonos de que es necesario comer, aunque podemos esperar y no nos genera predilección por consumir un alimento concreto, sino que cualquier alimento nos sirve para calmar el hambre. Asimismo, el alimento cubre nuestras necesidades nutritivas y energéticas, haciéndonos sentir bien y saciados al dejar de comer.
Síntomas del hambre emocional
El hambre emocional, por el contrario, aparece de forma brusca o repentina y exige satisfacerla de forma inmediata. Además, este antojo genera la necesidad de consumir alimentos concretos, que generalmente corresponden a alimentos ricos en azúcares, grasas o carbohidratos, que no cubre nuestras necesidades nutritivas ni energéticas. Este tipo de hambre, además, genera la necesidad de no poder parar de comer aún sintiéndonos llenos y haciéndonos sentir culpables al dejar de comer.
En CreuBlanca abordamos múltiples trastornos de la conducta alimentaria desde un punto de vista integral, analizando los factores fisiológicos, genéticos y psicológicos que intervienen en su desarrollo. Un equipo multidisciplinar integrado por médicos generalistas, endocrinos, nutricionistas y psicólogos clínicos trabajan conjuntamente para ofrecerte un diagnóstico preciso y un plan terapéutico personalizado, enfocado a lograr un estilo de vida saludable, ayudándote a aprender a cuidarte a través de la alimentación, la salud mental y la adopción de una rutina deportiva.